lunes, 30 de enero de 2012

LAS EXIGENCIAS FÍSICAS DEL VOLEIBOL

Benito Muñiz Alonso
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A priori, para los poco entendidos, el voleibol puede parecer un deporte no demasiado exigente, o por lo menos no tanto como otras prácticas deportivas de equipo (Balonmano, Baloncesto...) pues el campo de juego es más pequeño, no se corren largas distancias a lo largo del partido y las jugadas no tienen tanta duración.

Pero nada más lejos de la realidad, ya que, a pesar de esas características que pueden hacer creer eso de este deporte, la práctica del balonvolea (término castellano para el voleibol) es muy completa, pues se combinan saltos, jugadas que exigen movimientos muy rápidos y el uso de todo el cuerpo. De esta manera, el voleibol se enmarca dentro de los deportes que más ayudan a tonificar el cuerpo.

De hecho, el voleibol está catalogado como un deporte aeróbico-anaeróbico-aláctico, es decir, es una combinación de ejercicios musculares que exigen un alto consumo de oxígeno por parte del organismo (parte aeróbica), de ejercicios más explosivos y menos de fondo, que precisan un menor consumo de oxígeno (parte anaeróbica), y de ejercicios que no producen ácido láctico (parte aláctica).



Jugador de voley-playa en una jugada rápida de defensa

Pero un ejercicio tan completo y que exija tanto a tantos músculos, y de todo el cuerpo, debe practicarse (más aún si es en la alta competición) partiendo de unos requisitos físicos de los jugadores. Las mayores exigencias de este deporte, como bien indica Elvira Muñiz, fisioterapeuta y dietista, están en la fuerza necesaria para los saltos, los bloqueos y los golpeos de la pelota; la resistencia, que va ligada a esa parte aeróbica del voleibol; la velocidad y capacidad de reacción ante los imprevistos que puedan surgir en las diferentes jugadas, algo en lo que juega un papel determinante el factor genético que predisponga al deportista a estas habilidades; y la flexibilidad y la movilidad articular, que "si son fomentadas desde edades tempranas pueden ayudar mucho a una mejor práctica de este deporte en años posteriores", recuerda Muñiz.

Pero además de estas características, la citada fisioterapeuta y dietista también advierte que la morfología del cuerpo es importante. Una combinación de 40-20, en la que 40 sea el porcentaje de masa muscular y 20 sea el de la grasa ayuda a la mejora de su práctica. Y para llegar y matenerse en esos parámetros (indicativos, pues varían entre sexos, edades e, incluso, personas) es necesaria una buena nutrición.

MÚSCULOS QUE 'JUEGAN' AL VOLEY

El hecho de ser un deporte aeróbico-anaeróbico hace que en el voleibol entren en juego gran cantidad de músculos. Pero no son siempre los mismos. El uso de unos u otros dependerá de la jugada y de si ésta es de ataque o de defensa.

Para la espera de la jugada, se ponen en juego una combinación de flexiones musculares a lo largo de todo el cuerpo. Es una posición estática, por lo que la contracción de los músculos es isométrica, es decir, se mantiene la posición y las flexiones. Es prácticamente igual cuando es en ataque que cuando es en defensa.


Jugadora mexicana de voley-playa en en una recepción de balón

En ataque, la flexión del hombro la hace el deltoides anterior, la del codo (en 90º) la hace el bíceps braquial, la de la cadera (del muslo respecto al tronco) la realiza el cuádriceps y la flexión de la rodilla la desempeñan los isquiotibiales. En defensa, las contracciones musculares y los músculos que actúan son los mismos salvo por el hecho de la apertura de las piernas (abducción), que la realizan los abductores y el gluteo medio.

LESIONES Y PRECAUCIONES

Además de la cantidad de músculos que entran en juego en este deporte y que, por lo tanto, pueden dañarse, hay otras lesiones más o menos comunes en la práctica de este deporte, como las hay para el resto.

En concreto, en voleibol las partes del cuerpo más dañadas, como así indica Muñiz, suelen ser el hombro y el codo, por un mal gesto a la hora de golpear al balón o simplemente por el repetido uso de ese movimiento, lo que puede desencadenar en lesiones crónicas como una tendinitis.

Diferentes son los percances con rodillas y tobillos, pues estas articulaciones suelen sufrir más distensiones de ligamentos, aunque una mala caída puede provocar también un esguince o luxación al hombro. Respecto a la rodilla y el tobillo, la mayoría de esos sobre-estiramientos de los ligamentos se deben a malos apoyos del pie por pisar incorrectamente en caídas o por caer sobre pies ajenos. Otras lesiones, algunas más graves y debidas a las mismas causas, pueden ser las musculares o, incluso, las fracturas óseas.

Pero otra de las lesiones características de esta práctica deportiva es la llamada "rodilla de saltador" o, como se conoce médicamente, tendinitis rotuliana, que se suele dar en deportistas que realizan su actividad sobre superficies duras y que incluye saltos. Esta lesión se da como respuesta inflamatoria a la tensión constante a la que es sometida la rótula en estas actividades.


El tendón rotuliano (Patellar tendon) es uno de los que más sufren en voleibol

El cuadro clínico es el de un dolor progresivo en al región anterior de la rodilla (sobre el área del tendón rotuliano) inicialmente episódico al comienzo, durante y/o al final de la práctica. El dolor puede llegar a ser incapacitante y constante, y dificultar, no sólo el gesto del salto, sino también el mero hecho de caminar.

Por otro lado, otra de las partes que más sufre en el cuerpo de un jugador de voleibol son los dedos, ya que es la parte con la que se golpea a la pelota. Debido a esto, las falanges de las manos pueden sufrir desde dislocaciones, hasta fracturas óseas, pasando por esguinces y contusiones, lo que en el ámbito de la medicina deportiva se conoce como el "dedo de voleibolista". Además de rodillas, tobillo, hombros y dedos de las manos, la zona lumbar (espalda) es otra de las partes del cuerpo que más puede sufrir lesiones con la práctica de este deporte.



Jugadoras con protecciones en los dedos. La de azul, también en el codo

El voleibol se conforma, así, como una práctica deportiva muy completa que ayuda a tonificar el estado de forma del cuerpo, pero que hay que realizar con cierto conocimiento, calentameinto y preparación física pues precisa de la puesta en funcionamiento de multitud de artivulaciones y músculos.

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